Como quien tira la piedra y esconde la mano, Jaume Matas desvió el tiro de las responsabilidades en el sobrecoste del Palma Arena, dando a entender que él no tiene nada que ver y señalando a su ex director general de Deportes, Pepote Ballester, como el responsable de las decisiones que el Govern balear adoptó en relación al Palma Arena.
Dicho velódromo estaba presupuestado en 48 millones de euros, saltando al final hasta 110 millones sin causa justificada.Según Matas, firmaba muchos papeles, pero no estaba al tanto de lo que se hacía con el velódromo. Su versión contradice la de sus más directos colaboradores, entre ellos su jefa de gabinete. Todos ellos han declarado ya ante el juez que ningún paso se daba sin el visto bueno del president.
Dicho velódromo estaba presupuestado en 48 millones de euros, saltando al final hasta 110 millones sin causa justificada.Según Matas, firmaba muchos papeles, pero no estaba al tanto de lo que se hacía con el velódromo. Su versión contradice la de sus más directos colaboradores, entre ellos su jefa de gabinete. Todos ellos han declarado ya ante el juez que ningún paso se daba sin el visto bueno del president.
Ballester, está vinculado por lazos de amistad a los hijos del rey y a su yerno, Iñaki Urdangarín, quien en 2005 presidía una empresa del sector deportivo, Instituto Noós, que recibió del Govern balear un contrato de 1,2 millones de euros por organizar unas jornadas de tres días sobre turismo y deporte (en entradas anteriores nos hacemos eco del asunto).
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